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Las insólitas aventuras del pez

Adiós

Este blog no se va a actualizar más, puesto que lo he trasladado (espero que definitivamente) a zoomblog.com

Muchas gracias a la gente que me ha leído y a blogia, que me alojó todo estos meses

el pez>

El icono aleatorio

Por fin veo en Gizmodo una propuesta tecnológica decente en el catolicismo militante: un iPod polivalente, que sirve para el rezo, mientras se disfruta la audición de los Grandes Éxitos de José Luis Perales, o los gorjeos virginales de la sin par Laura Pausini.

Aunque en la imagen se utiliza a una monja como reclamo y soporte, estoy seguro de que este pío adminículo será perfectamente admisible entre presbiterianos, luteranos, y demás iglesias cristianas. George W. Bush y sus cachorros neo-con podrán lucirlos y utilizarlos con total tranquilidad de conciencia.

Jobs, ¿para cuándo un modelo susceptible de ser hackeado para musulmanes y judíos?

vulnerable

vulnerable.

(Del lat. vulnerabilis).
1. adj. Que puede ser herido o recibir lesión, física o moralmente.

La Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) ha elaborado un nuevo informe en el que se advierte que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha convertido España, "un año después de los atentados del 11-M", en el país "más vulnerable de toda la comunidad occidental".

8 y 1/2

8 y 1/2

Sí... Otro weblog de un individuo ególatra, arrogante y pagado de sí mismo. Que no va a aportar nada, dado que es un mero ejercicio onanista... Éste es uno de los inconvenientes de las democracias burguesas: que cualquier idiota te puede agredir con sus estupideces con total impunidad.

No pienso ser políticamente correcto. ¡Ya estoy harto de tanta vaselina sociomediática! Por eso, puedo afirmar que me es totalmente indiferente el olor de las nubes... ¡¡¡Señoras/es, que es un anuncio de compresas!!!

La productividad es nutritiva

Leo en El blog salmón el concepto de productividad laboral de la CEOE, que sin duda va a revolucionar la teoría y el pensamiento económicos actuales, y que pugnará ventajosamente en la obtención de un futuro Premio Nobel de Economía. El órgano corporativo de los empresarios españoles denuncia la existencia de un

“serio problema de competitividad” en la economía española, y lo achacó a las “cargas fiscales, laborales y sociales”.

Ya me parecía a mí que estaban siendo muy blandos con todo ese hatajo de vagos y aprovechados que tienen a bien emplear en sus empresas. Si ahora querrán incluso que les paguen todos los meses, y que les hagan contratos de más de una semana. Es lo malo de hacer concesiones: se empieza regalándoles un salario de mierda (digo bien, regalándoles, porque ya me dirán si no es un regalo pagarles un salario por tan sólo 40 horas de trabajo semanal), y los muy ingratos no se conforman con esto, sino que piden más y más. Incluso exigen viviendas de más de 25 metros cuadrados.

Si es lo que digo yo tantas veces, que las democracias traen estos libertinajes y esta anarquía. Un buen dictador les daba yo a todos estos bolcheviques y sindicalistas.

La memoria articulada

Veo en Gizmodo y en Boing Boing las imágenes más inquietantes de los últimos meses años. Además, son de una potencia metáforica totalmente desatada. Mi sucia y febril mente no deja de evocar alternativas, usos similares, variantes perversas, tallas, tamaños...

¿Se imaginan que un día abriéramos la bragueta de un geyperman y apareciera algo análogo? ¿Qué posibles usos podría tener? ¿La Conferencia Episcopal anatemizará estos objetos diabólicos?

No se nos concede ni un día de tregua... Vivimos sin aliento.

Trento y el método Pilates

Se mueve. Afortunadamente, la Bestia empieza a desperezarse y a estirar y calentar los músculos, un tanto atrofiados por la inactividad de los últimos meses. Suenan tambores de guerra, y las viejas consignas empiezan a salir de los armarios para ser adecentadas y lustradas por sus dueños, los detentadores de la Verdad, la Decencia y el Buen Orden. Nuestro momento estallará con la llegada del Verano. Nuestra justa indignación retumbará por todos los corredores de este bendito país antes conocido como España, ahora un muladar abyecto, asfixiado por la basura liberal y sarasa. Nuestro Tiempo está llegando, perros infieles.

N.B.: No creo que nuestra derecha cañí llame pancarteros a estos Santos Defensores de la Fe.

Lírica y SMS

Leo en xataka que los jóvenes japoneses se envían masivamente poesías de estructura ancestral (nada menos que de hace unos 1.300 años) denominadas tankas. Supongo que los adolescentes nipones serán más disciplinados y cultos que los españoles, ya que no veo a los nuestros envíandose sonetos de Góngora, o rimas de Neruda, Lorca o Becquer. Y, si por un accidente cósmico, algún jovencito degustador del estilo-de-vida-Radical mandara por el celular un poema a su novia/xurri, sería de la siguiente forma:

pdo skrbr ls vrsos + trsts st noxe.
Skrbr, pr ejmpl: L noxe sta estrlld y trtn, azls, ls astrs, a l ljs....

Y claro, así la potencia evocativa y bucólica de las metáforas pierde un poco de gas, ¿no creen?

Aggiornamento (III)

Boing Boing sigue la pista abierta anteriormente sobre el modo en que el hinduismo se abre a los nuevos tiempos, adoptando los nuevos usos o las más modernas tecnologías con el objetivo de estar más cercano a sus fieles.

El caso que se nos presenta trata de cómo el hinduismo corporativo va a promover y construir un parque temático

El objetivo de este parque de algo más de 10 hectáreas, llamado Gangadham, es recrear los grandes momentos de la mitología hindú gracias a rutas high-tech, un museo de mitología animada, una "ciudad-templo", restaurantes y un show de luz y sonido. "Gangadham es un parque temático espiritual donde los niños y las familias pueden ir y disfrutar de una deliciosa estancia, mientras aprenden historias de la mitología hindú", declaró un portavoz del parque.

Y la Iglesia Católica sigue quedándose atrás... Para cuándo nuestro Vaticano Park, con una catedral gótica de titanio, lassers y sonido THX, atracciones tales como la quema en la hoguera de homosexuales y disidentes, el Museo de los Horrores del Santo Oficio (totalmente interactivo y multimedia), la destrucción masiva de preservativos y médicos abortistas, un simpático Concilio de Trento On Ice, y, para los más pequeños, el Club de los Alegres Sacerdotes Pederastas.

Trento

La Bestia ruge. La Caverna añora los (buenos y viejos) tiempos en los que se ajusticiaba en la hoguera a los disidentes, anormales e invertidos. La tradicional alianza carpetovetónica de la Iglesia Católica y la Derecha Neanderthal se agita indignada, jupiterina por el proyecto de ley que permitiría el matrimonio de homosexuales. Ante tamaña demostración de santa indignación no sé cómo no se abre la tierra bajo los pies del lenguaraz e impío ministro López Aguilar

Es normal que un cardenal crea que Obedecer antes la ley que la conciencia lleva a Auschwitz, en referencia a la obligatoriedad de los funcionarios de celebrar bodas homosexuales. O que la flor y nata de alcaldes y ediles del Partido Popular amenace con la desobediencia civil y la insumisión de no celebrar tamañas bodas antinaturales y luciferinas. Españoles, no se ha elegido Papa a Ratzinger para que campe a sus anchas esta patulea de comunistas, maricones y pancarteros. Las riendas del Buen Juicio y la Decencia están en las manos adecuadas, que con firme pulso nos guiarán a recuperar el Poder que por Derecho Natural nos pertenece, y así, recomponer el Orden Natural del mundo y las cosas.

Temblad, bestezuelas defensoras de la tolerancia y la igualdad de derechos. Trento está cerca, muy cerca.

El efecto McGyver (II)

Sigue la fiebre artesanal de contruirse antenas wifi con los más peregrinos objetos que se pueda imaginar

En esta ocasión leo en xataka los intentos realizados con una tartera, con botes de nesquik, botes de patatas fritas (el elemento pionero de esta práctica de bricolaje tecnológico), el consabido wok, y la más racial y autóctona paellera

Como se puede comprobar, Las insólitas aventuras del pez es un blog que cabalga en la cresta de la ola de la actualidad más palpitante.

El efecto McGyver

Tres artículos que he leído recientemente coinciden en las virtudes del hagáselo-usted-mismo, pero en estos casos nada de madera, clavos, cola de carpintero o lijadoras. High-Tech puro y duro

En Barrapunto

En Boing Boing

En Slashdot

¿Presenciamos el nacimiento del Bricolaje IT?

Aggiornamento (II)

Leo en Boing Boing lo siguiente:

Sadhana TV en India está ofreciendo la sabiduría de un panel de 40 gurús mediante mensajes de texto SMS. Los televidentes pueden enviar una pregunta a su gurú favorito y recibir la respuesta, en ambos casos mediante mensaje de texto SMS en su teléfono móvil. El director de la cadena declara que ya reciben 20.000 mensajes al día...
La Iglesía Católica se queda atrás de nuevo en el seguimiento del ritmo tecnológico de los tiempos... Quizás Benedicto XVI dé un impulso decisivo a la utilización de las nuevas herramientas por parte del Catolicismo corporativo. Si no es así, se va a rezagar, perdiendo cada vez más cuota de mercado.

El piano

Una banda sonora efectista y pegadiza enmascara una de las películas más injustamente sobrevalorada de los últimos tiempos. Las aventuras y desventuras de una mudita sempiternamente enfadada, que sólo reacciona cuando un tipo tosco y algo atrabiliario le alegra el alma (y el bajo vientre). Y para que el conjunto resulte más armonioso, la inevitable niña repipi e insoportable, y un piano en una playa, para que se puedan realizar los inevitables planos metafóricos/intelectuales/simbólicos.

¡Vigilad los cielos!

¡Vigilad los cielos!

¡No teman! Es la gloriosa serie B

¿Quién no ha temblado de pequeño ante una invasión de una flotilla de platillos volantes, una criatura antediluviana surgida de las profundidades, o el ataque de arañas grandes como convoyes? En el ámbito fantacientífico de la serie B, cualquier temor, cualquier calamidad, cualquier mutación eran posibles. Un bajísimo presupuesto no limitaba la creatividad de aquellos voluntariosos cineastas de categoría Z.

El concepto serie B surge en los tiempos de los Grandes Estudios americanos. Éstos producían cincuenta y tantas películas al año. Unas pocas eran espectaculares superproducciones, había un buen colchón de cintas de presupuesto medio y, finalmente, un puñado de films de bajo costo, destinados al consumo inmediato, que eran habitualmente el relleno de un programa doble.

Estos títulos menores tocaban todos los géneros: el western, la comedia, la aventura exótica, el policiaco, la Feliz Familia Media Americana... Un denominador común: cada una era idéntica a la anterior. Se realizaban incluso series de películas con el mismo personaje. Charlie Chan, el sagaz detective de origen chino, en la Fox; héroes de cómic (La Sombra en la Columbia, Dick Tracy en la Republic); elegantes ladrones (El Lobo Solitario, Columbia); el héroe folk por antonomasia, surgido en un serial de radio (El Llanero Solitario, Republic), las desventuras de una corista (Maisie, MGM), o una familia modélica (La familia Hardy, MGM). Tan sólo unos pocos ejemplos.

El final de la Segunda Guerra Mundial o, mejor dicho, las bombas atómicas sobre Japón, marcan un antes y un después en las películas serie B fantásticas. Antes de la Bomba, el miedo es gótico, casi naif. Terror indirecto de monstruos de pacotilla. Terror literario y decimonónico. De este período siempre recuerdo una rareza de la Paramount, La isla de las almas perdidas (1932), según el relato clásico de Wells, sobre el Científico Loco que experimenta en una isla sacrílegos cruces seres humanos-animales. Un joven y espasmódico Charles Laughton encarna convincentemente al doctor Moreau, con Bela Lugosi como viscoso lugarteniente.

En esta misma época no hay que olvidar, por supuesto, las cintas de terror clásico de la Universal que, aunque no eran estrictamente B, lo parecían, dado su acabado un tanto deplorable. Títulos inolvidables como Drácula (1931), Los crímenes de la Calle Morgue (1932), La Momia (1932), La hija de Drácula (1936). El Reino de Boris Karloff, Bela Lugosi, y James Whale. Y, por supuesto, una dos obras maestras indiscutibles: El hombre invisible (1933); el papel más cómodo jamás interpretado por Claude Rains; y sus secuelas (cuatro títulos muy flojos), y Frankenstein (1931), con su más que excelente continuación, La novia de Frankenstein (1935).

Hay un cierto consenso al afirmar que el estudio-rey inigualable de la serie B antes-de-la-Bomba fue la RKO. La RKO fue una productora anómala. De entrada, nació en Nueva York. Careció siempre de una dirección firme y definida. Flotaba en un caos permanente, sin la guía férrea de un magnate déspota tipo Mayer. Sobrevivía muy justa de presupuesto, a pesar de que siempre será recordada como la creadora del film de monstruos por antonomasia, King-Kong (1933), una carísima serie A. En este estudio singular y anárquico surgió un talento sin par, el productor Val Lewton, que con diez dólares y toneladas de saber hacer se las ingenió para evitar la exhibición de criaturas, gracias a un suspense sutil, apoyado, no en lo evidente, no en lo que se ve, sino en lo que se imagina, la oscuridad poblada de potenciales terrores. Películas como La mujer pantera (1945), Yo anduve con un zombie (1943), ambas dirigidas por el maestro Jacques Tourneur, El ladrón de cadáveres (1945), una versión del relato de Stevenson, sobre un médico de Edimburgo que roba cadáveres del cementerio para sus brillantes experimentos, que recurre al asesinato cuando las fuentes de abastecimiento se secan. En este título, Bela Lugosi y Boris Karloff; que habían cambiado de equipo; ayudaban al buen doctor Burke. Para terminar con la RKO, un título casi prehistórico, una maravilla, El malvado Zaroff (1932), rodada en los mismos decorados que se utilizarán un años después en King-Kong. Cazar es divertido cuando la presa es un ser humano, en este caso el sufrido Joel McCrea.

El fin de la Segunda Guerra Mundial trajo consigo la inauguración de la Era Atómica y el comienzo de la Guerra Fría. La cultura de masas debía adaptarse a este nuevo escenario. El público ya no se aterrorizaba con aquellos entrañables monstruos pre-tecnológicos, ni con tramas novelescas con tufo a imprenta. Había llegado el Futuro Supersónico, pleno de estancias relucientes, donde legiones de científicos de bata blanca trajinaban ante decenas de paneles repletos de lucecitas parpadeantes.

La bomba atómica era una gran novedad psicológica. La Primera Arma Definitiva. El Apocalipsis pendiendo constantemente sobre las cabezas de los terrestres. No es extraño que el Hombre-Lobo se viese como un pariente trasnochador y un poco crápula, y la Criatura de Frankenstein como el trabajo de fin de curso de un chaval muy hábil con el mecano. Además, estaban las radiaciones atómicas, el peligro radiactivo. Cualquier ser vivo podía mutar monstruosamente por obra de las invisibles fuerzas del uranio o del plutonio. Ahora ya se podía añadir un prólogo al escarabajo kafkiano.

Junto a la Amenaza Atómica, la sociedad americana de posguerra comienza a oír que pilotos de las Fuerzas Aéreas han avistado extraños objetos en el cielo. Los foo-fighters, tripulados sin duda por demoníacos seres extraterrestres. Si fuera un asunto sin importancia, sin peligro, nos dirían la verdad, Joe. Flotillas de naves intergalácticas prestas a invadir el planeta, exterminar la raza humana y zamparse la tarta de manzana de la tía Annie. Al otro lado del oceano estaban los rusos y sus missiles intercontinentales, otra amenaza latente. No hace falta sacar del trastero al senador McCarthy para convencerse de que el pueblo americano temía una invasión, una infiltración comunista en su patio. Así pues, los alienígenas podrían ser verdes, con antenas y marxistas-leninistas.

Con este caldo de cultivo, no es extraño que la década de los 50's y los primeros 60's fuesen la Edad de Oro de la serie B fantástica. Vamos a dar un breve repaso a la ingente filmografía, intentando agrupar los títulos en algunos tópicos clásicos.

Tranquilo, Fido

Bestias de edades remotas, que vivían su vida tranquilamente, hasta que son despertadas o activadas por los humanos tocapelotas. Ríanse de los dinosaurios de Spielberg. El monstruo de tiempos remotos (1953), o It Came from Beneath the Sea (1955, un pulpo gigantesco destruye medio San Francisco) son ejemplares de buen tonelaje. En ambos casos, con los espléndidos efectos stop-motion de Ray Harryhausen.

Tom, desde ayer no pareces el mismo

Las malignas olas radiactivas hacen mutar espectacularmente a los indefensos y pacíficos ciudadanos. Pueden empequeñecer (El increíble hombre menguante, 1957, con guión de Richard Matheson), o crecer (El ataque de la mujer de 50 pies, 1958). Aunque, hay científicos locos que juegan con fuego y, claro, pasa lo que pasa (El hombre con Rayos X en los ojos, 1963, dirigida por Roger Corman, o La Mosca, 1958).

Papá, el gato acaba de comerse a la abuelita

La radiactividad también provoca la mutación de las pobres bestias, que, invariablemente, crecen. Pueden ser hormigas (La Humanidad en peligro, 1954), cangrejos (Attack of the Crab Monsters, 1956, de Roger Corman), o ¡sanguijuelas! (Attack of the Giant Leeches, 1959, también de la factoría Corman). El bicho es lo de menos, eso sí, ha de ser grande como un edificio.

El peligro viene de arriba

Miles de platillos volantes surcaron los cielos de celuloide, en los tiempos en que los científicos fumaban en mangas de camisa. Los alienígenas (aunque antes se decía marcianos. Todos venían de Marte: Invaders from Mars, 1953; Flying Disc Men from Mars, 1951, It! The Terror from Beyond Space, 1958) eran mayoritariamente malignos y peligrosos, aunque algunos querían advertir a los terráqueos de su desaparición, si la Civilización continuaba así (la magistral Ultimátum a la Tierra, 1951, Robert Wise). Es casi imposible listar las decenas de películas con vajilla volante, aunque retengo unos cuantos títulos paradigmáticos: La Tierra contra los platillos volantes (1956), de nuevo con los magníficos efectos ópticos de Harryhausen, que logró que las naves se estrellasen convincentemente contra los edificios emblemáticos de Washisngton. E Invasión of the Saucermen (1957), de la Factoría Corman, en la que los marcianos verdes son derrotados por una horda de adolescentes gamberros. Tambien, en The Beast with a Million Eyes (1955), la maligna criatura extraterrestre aterriza en el desierto con aviesas intenciones, pero es vencida por el Amor Humano.

Bienvenido a casa, amigo venusino

Un subgénero de la categoría anterior. Cuando los extraterrestres, demostrando un pésimo gusto, se mezclan con los terrícolas. Algunos, incluso, llegan a casarse con nativas (I Married a Monster from Outer Space , 1958). Es fácil identificarlos, sobre todo cuando miden 2,50 y tienen un aspecto de abeto antropomorfo (la imprescindible El enigma de otro mundo, 1951, otra delicia de la RKO, firmada por Christian Nyby, aunque muchos se la atribuyen a Howard Hawks). Algunos pueblos alienígenas son muy ladinos. Imitan nuestro aspecto exterior, se mimetizan, y , poco a poco, van controlando le vecindario. En It Came from Outer Space (1953), adaptación de un relato de Ray Bradbury, es la primera vez que los extraterrestres adoptan forma terrícola. Naturalmente, están las dichosas vainas. Para mí, la obra maestra del género, La invasión de los ladrones de cuerpos (1956), del irritable Don Siegel, objeto de tesis doctorales y sesudos ensayos, que la interpretan como: una fábula anti-maccarthista, un panfleto anti-comunista, un canto a la desviación sexual de raíz freudiana (las vaina, un nuevo útero), etc, etc, etc. En esta subcategoría. también puede incluirse una delicada pieza de orfebrería inglesa, El pueblo de los malditos (1960), en la que unos retoños de la raza invasora nacen de pobre aldeanas y crecen velozmente en sabiduría y carencia de sentimientos. George Sanders -totalmente desorientado en su papel de filántropo bienintencionado, tan alejado de su sensibilidad personal- intenta encauzarlos.

No estamos en esto sólo por la pasta

En este epígrafe hay que citar a dos creadores tan carentes de talento, como dotados de un entusiasmo indesmayable. Edward D. Wood Jr. , un tipo que titula su autobiografía con un Me rompí las medias en el Desembarco de Normandía es, cuanto menos, curioso. Y un tipo que mezcla luchadores de catch, Bela Lugosi, profanadores de tumbas, travestismo, platillos volantes, muertos vivientes y una antigua actriz porno es digno de consideración. Títulos como Glen or Glenda (1953), Bride of The Monster (1953), y Plan 9 from Outer Space (1956, su obra maestra, que combina ciencia-ficción, cine bélico y 3 minutos de Bela Lugosi. Fue financiada por mormones) han sido reivindicados como clásicos insoslayables. Tim Burton, tiene razón.

El otro individuo es William Castle -curiosamente, también homenajeado por un cineasta de hoy, Joe Dante, en su Matinee (1993)-. Creador de unas pésimas y risibles cintas de terror y monstruos, que como estrategia promocional, incluían elementos extra en las proyecciones. En The Tingler (1959) colocó un aparato bajo las butacas , que proporcionaba descargas eléctricas a sus ocupantes en los momentos cumbre. En Homicidal (1961), creó el Rincón del Cobarde, una jaula a la que iban a parar los que abandonaban la proyección antes del final. En House on Haunted Hill (1958), incluía el Emergo, un gigantesco fantasma accionado por poleas. En Macabre (1958), los espectadores recibían una póliza que les aseguraba de una muerte por terror ente la contemplación del film. Y en Thirteen Ghosts(1960), la audiencia recibía un visor de fantasmas, para rastrear los indicios ectoplasmáticos. En estos tiempos incrédulos, ¿qué ha sido de semejantes visionarios, adelantados a su tiempo?

Para terminar este homenaje a la serie B fantástica, cabe recordar dos títulos difícilmente catalogables. El primero, La noche del demonio (1957, un cuento satánico basado en el original de M.R. James. Terror gótico, anacrónico, pero sensacional película, dirigida por Jacques Tourneur, con Dana Andrews como el científico inasequible al desaliento. Y, el otro film es un clásico, El planeta prohibido (1956), una encantadora mezcla de La Tempestad shakesperiana, robots de primera generación (el inefable Robbie), civilizaciones extraterrestres arcanas y perdidas, minifaldas pre-Mary Quant, una adolescente apetitosa (Anne Francis) y Leslie Nielsen como el bravo chico-de-la-película, capitán triunfador de la misión de rescate. Un cóctel embriagador.

El Pop y la Liberación Sexual acabaron con la serie B. Además, el público se acostumbró a la amenaza nuclear, y a los rusos se los perseguía mejor en películas de espías. Los platillos volantes de papel de plata sujetos con sedal de pesca dejaron de interesar. La televisión proveía la ración de alienígenas, monstruos y superhéroes a las nuevas generaciones. Y, como es lógico, la audiencia se había sofisticado también. Los Años Dorados de la Serie B habían concluido.

En el Otoño del género, hay que mencionar una excepción tardía, la productora británica Hammer. Comenzó en los 50's con dos sobresalientes cintas sobre el fenómeno fantacientífico que, signo de los tiempos, eran adaptaciones de un exitoso serial de la BBC televisiva: The Quatermass Experiment (1955) y Quatermass II (1957), ambas dirigidas por Val Guest. En los 60's hubo una más que notable tercera parte, (1957), ambas dirigidas por Quatermass and The Pit (1967). Y durante 20 años (desde mediados de los 50's hasta mediados de los 70's) sacó del trastero a los viejos monstruos de guardarropía: Drácula, la Momia, Frankenstein y el Hombre-Lobo. El inolvidable tándem Christopher Lee-Peter Cushing, y la recia dirección de Terence Fisher revitalizaron los viejos miedos. Ahora bien, la Hammer trajo una lectura distinta de los tópicos clásicos. Había una mirada irónica, descreída, un tanto laica, sofisticada, cargada de sensualidad a veces (Las novias de Drácula, 1960), e incluso abierta a los aires psicodélicos setenteros (Drácula A.D. 1972, 1972). La Hammer introdujo el brillante technicolor en el otrora reino de los grises y los negros. La sangre restallaba en un rojo profundo carmesí. Y esos generosos escotes, excelentemente cumplimentados, de las protagonistas femeninas, bien fueran las inocentes y virginales víctimas o las crueles y satánicas ejecutoras. La Hammer produjo también una trilogía indispensable, que sirvió de iniciación sexual a toda una generación. La combinación de animales prehistóricos, primeras tribus de homo sapiens y las mujeres más neumáticas disponibles. Estoy hablando, naturalmente, de Hace un millón de años (1969), con ¡Raquel Welch!, Cuando los dinosaurios dominaban la Tierra (1969), ¡poderosísima Victoria Vetri!, y Creatures The World Forgot (1971), con Julie Ege. Las tres dirigidas por Michael Carreras. Aún babeo recordando esos diminutos bikinis de diseño neanderthal...
En los últimos tiempos de tedioso gore, serial killers y ese infame Freddy Krueger, quedan para el buen aficionado al Viejo Género francotiradores aislados. El más prolífico, John Carpenter, que ha dirigido algunos títulos estimables como Halloween (1984), La Cosa (1982, revisión del clásico Enigma de otro mundo), Starman (1984), Golpe en la Pequeña China (1986), y el remake de El pueblo de los malditos (1995). También cabe recordar al irregular Tobe Hooper, que firma una decente revisión de Invaders from Mars (1986). El canadiense David Cronenberg se da a conocer con dos interesantes films, Scanners (1980), y Videodrome (1982). También es un chico respetuoso y homenajea a los clásicos en su visión en los tiempos del SIDA de La Mosca (1986). Pero huye a terrenos más respetables y abandona el género.

En este apartado de Clásicos Modernos, no podemos dejar de mencionar La noche de los muertos vivientes, (1968), de George A. Romero, piedra angular, la primera -y mejor- cinta de zombies, trufada de un humor perverso que, desgraciadamente, han olvidado los posteriores imitadores, sólo pendientes de la escatología visceral.

En otro registro, también son memorables las, llamémoslas así siendo muy generosos, creaciones de la productora norteamericana Troma, una especie de versión contemporánea y destroyer de la Factoría Corman, con el entrañable Vengador Tóxico (¡el primer superhéroe de Nueva Jersey!), y algunos títulos notables como Sgt. Kabukiman N.Y.P.D., Nuke 'em High, o Nazi Surfers Must Die.

Quizás el último artesano de la ficción con toques científicos o sobrenaturales, con voz propia y talento es Tim Burton. Ahí quedan cintas magistrales como Ed Wood (1994) y Mars Attacks! (1996), o la irregular, pero no desdeñable, Sleepy Hollow (1999).

Ha habido más intentos de homenajear al género por parte de Spielberg, Dante, Hooper, Miller y adláteres, pero utilizaron la fórmula a la inversa: poquísimo talento y chorros de dólares. La Vieja Receta de la Serie B, acuñada en acero y blanco y negro, era toneladas de talento más cuarenta centavos, dan como resultado películas que todavía nos hacen estremecer.

Este ha sido un humilde homenaje a un género llamado menor, detestado por la crítica y adorado por miles de mentes inocentes, limpias, adolescentes, puras. No hay tiempo para más. Mi piel se reseca y mis viejas branquias se atrofian. He de volver a mi querida, recoleta, y oscura laguna. Estos no son buenos tiempos para los anfibios.

Despachos de protección oficial (II)

Leo en El Mundo que la ministra Trujillo se está construyendo un despachito de 77 metros cuadrado estilo zen-mola-que-te-cagas con un coste cercano a los 37.000 euros de vellón.

Era tan previsible... Este tipo de profecías autocumplidas no tienen ningún mérito, ya que, habitual y desgraciadamente, los dirigentes que exigen austeridad y sacrificio a los gobernados suelen ser los individuos menos austeros y sacrificados.

The Style Council – Dandismo Crítico

The Style Council – Dandismo Crítico

El Perfecto Grupo de Verano. Influjos jazzies. Latido funk. Limpias melodías pop. Metales negros. Una ligera brisa de bossanova. Un toque de clase continental. Eclecticismo. En la superficie, una capa de esmalte elegante y desenfadado. Debajo, un mensaje con aristas críticas. Un compromiso hecho a medida por el mejor sastre laborista. The Style Council (TSC) no eran sólo una pose.

Todo empezó cuando Paul Weller – el prototipo del joven neo-mod airado-, líder de The Jam, se siente asfixiado en la ratonera del Exitoso-Grupo-de-Rock. Su vertiente inconformista y R&B le lleva a explorar nuevos caminos, diferentes a los ya trillados con su grupo. Weller coincide en gustos , aficiones y en el interés por la cultura joven del pasado con Mick Talbot. Éste también había militado en las filas mod como teclista de los Melton Parkas. Lo que empezó como mera complicidad, a fines de 1982 cristalizó en una nueva banda, TSC. Más adelante, el proyecto se completaría con un joven guerrero de la batería, Steve White, y la sensual voz de bronce de Dee C. Lee.

Con semejante ingredientes, la mezcla debía ser sugestiva, variada y charmante. Su propuesta musical abría un abanico de texturas cálidas y satinadas. Los álbumes de TSC semejaban cocteleras en las que se agitaban vibrante soul instrumental, baladas desnudas y maduras, algunas perlas pop, revivalismo Motown, sacudidas funk, latin-jazz carnoso, rap arrogante y callejero, baladas jazz impresionistas con todo el sabor de las cavas y el pastis... Lejos ya de la limitada variedad del grupo al uso, TSC empleaba con cierta asiduidad arreglos de cuerda y secciones de vientos que posibilitaban complejos desarrollos instrumentales.

Cualquiera esperaría que sus opciones musicales les condujeran a la autocomplacencia y la conformidad. Muy al contrario. Era real su gusto por los cappuccinos, los martinis en la Riviera, los blazers de corte italiano, los mocasines bicolores, las camisas impolutas, las corbatas clásicas y las gabardinas existencialistas. En resumen, joie de vivre y hedonismo. La despreocupación del perfecto integrado. Pero Weller mantenía su antigua vena apocalíptica.

Desde el principio, los contenidos eran críticos. Money Go Round era una furibunda diatriba de siete minutos en contra de la reelección de la señora Thatcher. Los derechos de este tema fueron donados a la Campaña Joven por el Desarme Nuclear. En pleno apogeo del Fascismo Monetarista del Gobierno Tory, los mensajes de Weller se endurecen.

Our Favourite Shop denuncia de forma especialmente lúcida y sincera los excesos del thatcherismo, muy inclementes para la clase trabajadora. Weller denuncia todas sus negativas consecuencias: comunidades y hogares destrozados

“Ven a dar un paseo hasta esas colinas / y observa como mata el monetarismo / a comunidades enteras / a familias incluso”, All Gone Away

; hijos que deben marcharse de su propia ciudad en busca de trabajo

“El padre en la cocina, contando las monedas / la madre en el dormitorio, viendo las fotos de sus hijos. / Uno está en Londres, buscando trabajo / el otro está en Whitehall ¡buscando a los responsables!”, Homebreakers

; juventud sin expectativas

“Del patio de recreo al vertedero / la esperanza acaba a los 17”, With Everything To Lose

; la desigualdad social

“Sin elección ni oportunidad para el futuro / el rico goza de menos impuestos / viste a las chicas de un bonito rosa / la mierda va a los negros”, With Everything To Lose

, y los derechos humanos pisoteados en cualquier lugar

“Allí donde se mantenga la honradez / oirás el chasquido de costillas rotas / de alguien que ya no aceptará / el rugido de los cabrones mentirosos / en Chile / en Polonia / Johannesburgo / Yorkshire”, A Stone's Throw Away.

Como cuando era un adolescente mod, Weller grita y sermonea a la Inglaterra letárgica, que acepta pasivamente lo que le impone el Sistema. Frente al conformismo middle class, la desesperanza:

“Todo el amor del mundo no puede poner / la cena en la mesa / todo el odio que siento ningún amor podría arreglarlo”, Homebreakers.

Pero hay que luchar, porque

“como en Jericó / las murallas se derrumbarán”, Walls Come Tumbling Down.

La madurez también conduce a la ironía. En Confessions Of A Pop Group, Weller sigue lanzando afilados dardos:

“Los hermanos con sus amigos conspiran en los establos / se preparan para el poder y cómo ganar (...) Las madres juegan al bingo, esperando un gran premio / compran los periódicos para ver cómo vive el 10 % (...) Los hermanos compraron gafas nuevas, como las de Leon Trotsky / se los ve muy guapos en la repisa de la chimenea, junto a la Familia Real”, Life At A Top Peoples Health Farm
; “los bobbies a la carga otra vez / pegando a los negros por el blues otra vez / es un modo de integrarlos en la comunidad”, Confessions Of A Pop Group.

Otra muestra de la perspicacia de Weller como cronista (crítico) de la Inglaterra contemporánea.

Lanzado el mensaje, aún había tiempo para los sentimientos íntimos (Headstart For Happiness, o The Cost Of Loving), la introspección (Changing Of The Guard), la nostalgia de vocalista melancólica y desengañada (The Paris Match), y los plácidos atardeceres en Oxford corriente abajo (Long Hot Summer). Un poco de calor para el frío invierno thatcherista.

The Style Council fue la aventura lúcida y luminosa de unos sujetos que crecieron con la espontaneidad y la riqueza de los ritmos mestizos. Charlas relajadas en torno a una mesa, sensaciones placenteras en la terraza primaveral de un café parisino de la rive gauche. Música sensorial. El Estilo como medio y como meta. Una voz comprometida y certera, impulsada por el ronroneante motor de un exquisito descapotable. Desgraciadamente, el largo y cálido verano ya ha pasado.

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Aggiornamento

Leo en Boing Boing que una empresa ha lanzado un iPod de 40 Gb's con todo el Talmud precargado "para su deleite en sus estudios religiosos". Este cómoda adaptación de la teología judía a las nuevas tecnologías permite que "usted pueda acceder a cualquier página del Talmud para un estudio o revisión inmediatos. Es útil mientras viaja camino del trabajo, cuando hace footing u otros ejercicios, o en vacaciones"

Lamentablemente, la Iglesia Católica no parece tan abierta a las nuevos avances, como manifestó ayer mismo en su homilia pre-cónclave el cardenal Ratzinger. Seguro que la Curia no permite el uso de las conexiones bluetooth de los móviles de los integrantes del colegio cardenalicio. Aunque, quién sabe, quizás la elección del próximo papa se realice mediante videoconferencia múltiple y fuertemente encriptada.

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Ratzinger

Obviamente, el Inquisidor Ratzinger ha dejado de ser cardenal, para pasar a ocupar mejor puesto. Benedicto XVI no parece el hombre más templado posible para el cargo. Y como recuerda hoy República Internet, no es muy amigo de posiciones alejadas del Dogma.

Sembrar para recoger (2)

Leo hoy en la página 24 de El País de papel (sí, todavía existen periódicos de papel, que algunos lunáticos seguimos revisando) las siguientes declaraciones. Cito textualmente:

El secretario general del PP, Ángel Acebes, afirmó que "ETA estaba prácticamente derrotada y desaparecida, pero, al volver al Parlamento, Zapatero la ha salvado". Y añadió:"En estas elecciones ha ganado ETA y han perdido la democracia, la libertad y las víctimas" del terrorismo. Acebes sostuvo que "Zapatero ha permitido que ETA esté en el Parlamento a cambio de nada. Ha dejado herida, probablemente sin solución, la Ley de Partidos, y gravamente dañado el pacto Antiterrorista".

Las palabras de Acebes son un ejemplo más de la campaña de moderación emprendida por el PP tras la injusta derrota electoral del 14 de Marzo de 2004. Es reconfortante comprobar como las riendas del partido que, a no mucho tardar, retornará al Gobierno, están en manos de personas tan firmes, sensatas y ecuánimes. Porque a veces, uno tiene la sensación de que algunos dirigentes son totalmente ajenos e indiferentes a la realidad.