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Las insólitas aventuras del pez

Sembrar para recoger

Leo en PeriodistaDigital.com lo siguiente:

"Un grupo formado por unos 50 radicales de ultraderecha han irrumpido este mediodía en una de las librerías de Crisol en Madrid agrediendo a varias personas, entre ellas el historiador Santos Juliá, al ex ministro socialista Claudio Aranzadi y a Andres Galdón, de la editorial Santillana. Han destrozado la tienda."

Vuelven los buenos viejos tiempos. Aquellos en que grupos de jóvenes un poco revoltosos, pero-en-el-fondo-buenos-muchachos intentaban imponer sus ideologías y métodos tabernarios y cuarteleros en aquellos espacios que no coincidían con ellos mediante los puños y los bates de béisbol

Es evidente que ciertos grupos de la derecha-como-Dios-manda están muy dolidos por la retirada de la estatua de cierto dictador, y claro, es perfectamente comprensible que sus vástagos respondan como se merecen a esos chacales comunistas, separatistas y pancarteros: pegándoles y destrozando sus propiedades. Al fin y al cabo, todos sabemos para quien trabaja el grupo PRISA...

Afortunadamente, contamos con nuestro principal partido de la oposición, ese espejo de ponderación, mesura y buen juicio, que no desaprovecha ninguna oportunidad para hacer llamamientos a la calma, la moderación y la aceptación de la derrota entre sus seguidores más extremistas. Y si no, revisen las últimas actividades de su fundación FAES, un libérrimo ejemplo de hondura y ecuanimidad intelectuales

No sé como alguien puede ni siquiera imaginar que el autor moral o intelectual de este acto vandálico esté entre nosotros, y no refugiado o escondido en lejanos desiertos.

Despachos de protección oficial

No sé si los despachos de las/los ministras/os de 25 o 30 metros cuadrados son dignos, señora Trujillo, pero seguro que el suyo es mucho más grande que las madrigueras que pretende promover.

Puntos de vista

Puntos de vista



Leo en Boing Boing que una enfermedad que afecta a los campos de maíz, en forma de hongos negruzcos con esporas, no sólo no es considerada como tal en México, sino que los productos resultantes se enlatan y se venden como delicatessen de alto precio.

Link al artículo original (en inglés)

Link a la Wikepedia (en inglés)

El huitlacoche o cuitlacoche, que así se llama en México este hongo convertido en manjar, es una hermosa metáfora de la diversidad y riqueza culturales que aún subsisten a pesar de la Globalización. ¡Qué sonora y merecida bofetada a nuestros arrogantes prejuicios etnocéntricos, blancos y occidentales!

¡Viva Carrefour!

Cito textualmente:

"La Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) dio a conocer en el MIDEM de Cannes, cuáles fueron los discos más vendidos en España durante el año pasado.

  1. David Bisbal-Bulería
  2. Estopa-¿La calle es tuya?
  3. Chayanne-Grandes Éxitos
  4. Manolo García-Para que no se duerman mis sentidos
  5. Alejandro Sanz-Grandes Éxitos 91-04
  6. Caribe Mix 2004
  7. Disco Estrella
  8. Camela-Diez de corazón
  9. Luis Miguel-33
  10. Andy & Lucas-Andy & Lucas"

¡¡¡Impresionante!!!. ¿Quién habría confeccionado una lista mejor? No sé si es más ilusionante lo de Bisbal, lo del Caribe Mix, o el discazo de Camela. Señores, somos asín. Esto no lo supera en surrealismo ni el Plan Ibarretxe.

el mac mini divino de la muerte

Steve Jobs no vende tecnología, vende diseño. Diseño y status, vía tecnología elitista y supuestamente vanguardista. Porque, no nos engañemos, el mac mini es un juguetito. Y muy caro además. Se puede conseguir un PC con las mismas (modestísimas y limitadísimas) prestaciones por la mitad de precio. Pero tener gadgets y aparatitos Mac es super-cool.

Ahora bien, Mac tiene su público. Aquel que prefiere diseño a las prestaciones de la máquina. Perfecto. Cada cual hace lo que desea.

Un detalle final. Aquellos paladines que satanizan Windows como un artero y diabólico Sistema Operativo, la encarnación del Mal en forma de software propietario, casi siempre suelen olvidar que el MAC OSX es tan propietario como el de Redmond.


Matrix y el RH

¿El Plan Ibarretxe es la pastilla azul o la pastilla roja? O lo que es quizás más relevante, ¿todo el mundo en el País Vasco quiere, debe, o necesita tomarse una pastilla?

Patentes de corso

En estos dos días de temporal hemos podido comprobar que en nuestro país aún pervive una figura que en la mayor parte del mundo occidental desapareció hace siglos: la patente de corso (Los curiosos de la historia pueden revisar la definición de corsario en la Wikipedia). Anoche, con retenciones de más de 50 kilómetros en los túneles de Guadarrama, la empresa que explota la autopista de peaje AP-6 siguió cobrando el importe del mismo, aunque no cumplía con su parte del trato en esta transacción: ofrecer a sus usuarios una fluida y rápida conducción. Esta misma mañana, se aconsejaba a los usuarios utilizar una autopista de pago en Burgos, cuando no se habían molestado en limpiar las calzadas con las máquinas quitanieves. Por supuesto, también cobraban el peaje.

Al parecer, ambas prácticas son legales y están amparadas por nuestros poderes públicos. Lo kafkiano de todo esto no es que las concesionarias de ambas autopistas pretendan cobrar, algo perfectamente entendible en nuestro país, que ostenta el privilegio de contar con la clase empresarial más ventajista, casposa, atrasada, injusta e insolidaria de todo el continente, sino que nuestro Gobierno no intervenga a los 5 minutos de enterarse de la existencia de estas prácticas abusivas, acabe con ellas al instante, imponga una sanción ejemplar a las compañías, y rescinda los contratos existentes con éstas para la explotación de las mencionadas vías de comunicación. Porque de una situación de emergencia estamos hablando, no del puente del 15 de Agosto.

Seguramente, la legislación no contempla estas situaciones. Patético. Y los poderes públicos no velan para evitar que se pisoteen nuestros derechos. Patético. Nuestros Gobiernos son muy complacientes con los intereses de las grandes corporaciones. Por lo tanto, también se puede hacer caja en situaciones de emergencia (1).


(1) Hace unos pocos meses, en la Comunidad de Madrid, la empresa explotadora de una de las nuevas autopistas radiales de pago quería cobrar a un camión de bomberos que acudía a toda velocidad a atender una emergencia. Esto no es una leyenda urbana, es la dura y pura realidad

Swinging London, El

Swinging London, El


Uno de los fenómenos cruciales de la Década. Londres se convirtió en el centro del mundo de las culturas juveniles. En el 64, los laboristas de Harold Wilson llegan al poder y se establece un clima de mayor permisividad. Lo joven se convierte en la locomotora de una Sociedad Inglesa que ya no domina ningún Imperio y que quiere, que necesita cambiar. Y todos los trenes partían de Victoria Station.

Un estallido de modas y modos, sonidos e imágenes, creatividad joven en estado puro, que generaba sensaciones nuevas, una semana tras otra. También un nuevo Estilo de Vida, desinhibido, hedonista, superador y dinamitador del entramado de clases sociales. Provocador, desvergonzado a veces, despreocupado, inocentemente extravagante.

Los jóvenes, con algo de dinero en los bolsillos, no piden, exigen nuevas sensaciones, nuevos talantes para desmarcarse de lo rancio, de los Papás y la Vieja Europa/Inglaterra de Posguerra, que olían a pudding, posos de té y naftalina.

Tom Wolfe, en su muy recomendable La Banda de la Casa de la bomba y otras crónicas de la Era Pop (1983, Anagrama), resumía perfectamente el latido de la época: "En el fin de semana de Pascua, Tiles estaba abierto todo el día y toda la noche, y la gente puede hacerse una idea de la Vida Total, en el día en que todos pueden vivir completamente, a lo largo de todo el día, en un mundo de estilo mod, empapado de música, ajustado, desatado, un mundo de salto, brinco y fuego, viviendo un papel (Caballeros de los Pantalones de Taleguilla, Damas de los Mini Mons) en vez de un trabajo. Toda idea de clase obrera o de cualquier clase social, era absurda, salvo que...".

La cultura de estos melenudos irredentos no se limita a ser una subcultura, es la Cultura. Ninguna expresión artística se escapa de esta sacudida telúrica. En moda, Mary Quant y la minifalda, las chaquetas entalladas de tres botones, los colores desmedidos (mandarinas, verdes manzana, amarillos limón, fucsias), las parkas modies, las levitas byronianas de los Nuevos Dandies, el punto, los jerseys de cuello alto bajo la americana, camisas con cuellos mao... Fotografía (David Bailey, Terence Davison) de colores saturados e iluminaciones intensas, arcovoltaicas. Artistas multimedia avant la lettre (Peter Blake, el creador de la portada del Sgt. Pepper's). El teatro y la literatura de los Jóvenes Airados (Colin Wilson, Doris Lessing, John Osborne, Joe Orton). Los estertores del free-cinema (Tony Richardson, Karel Reisz, Lindsay Anderson, John Schlesinger) y las locuras de Richard Lester, con los Beatles o sin ellos (The Knack, 1965, Golfus de Roma, 1966). Nuevos rostros en la Pantalla (Peter O'Toole, Albert Finney, Michael Caine, Vanessa Redgrave, Richard Harris, Alan Bates, Sarah Miles, Richard Burton, Rachel Roberts, Tom Courtney, Julie Christie, Terence Stamp). La Televisión refrescante, con productos como Los Vengadores; Ready, Steady, Go; The Thunderbirds, y Top of the Pops. Peinados, flequillos milimétricamente recortados, pestañas postizas endurecidas con kilos de rimmel.

Y la Música: el Pop, el Rhythm'n'Blues, el Beat, el Soul Blanco, el Protogarage, el Mersey-beat, la Arrogancia Mod, el Pop-Chicle de Banda Ancha (Lulu, Tom Jones, Sandie Shaw, Petula Clark, Cliff Richard)...

Un detalle importante a tener en cuenta es que buena parte de estos creadores era de origen humilde, hijos de la clase obrera. El lumpen ascendiendo vertiginosamente por el esclerótico sistema de castas británico. Partieron la tarta con las dos manos y se zamparon las mayores raciones.

El cronista más lúcido, mordaz e irónico de aquellos años rutilantes fue, a mi juicio, Ray Davies, líder de los Kinks, sobre todo en canciones como Dedicated Follower of Fashion (1966), o Waterloo Sunset (1967).

El film que mejor retrata ese Londres trepidante es Blow Up (1966), una elusiva y vanguardista reflexión sobre la dualidad fantasía/realidad. A pesar del estilo hermético, típico de Michelangelo Antonioni, el montaje espasmódico, los flashes casi subliminales, los encuadres insólitos concentran bien el aroma de esos momentos. Además, la (casi inexistente) trama gira alrededor de un fotógrafo de modas londinense que cree que ha visto un asesinato a través de su cámara, pero las evidencias desaparecen. ¿Qué es verdad? ¿Qué es ilusión? Es paradójico que la película más representativa del Swinging London fuese producida (Carlo Ponti), dirigida (Antonioni) y fotografiada (Carlo di Palma) por italianos, con música de un jazzman estadounidense (Herbie Hancock), basándose libremente en un relato de un argentino francófilo (Julio Cortázar).

Muchos autores coinciden en fechar el fin de este fenómeno: 1966. Yo creo que el epítome y el canto de cisne fue el Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band (1967). La inflación subió bruscamente, hubo huelgas turbulentas, Vietnam ya estaba ahí, la Brigada Antidroga perseguía con cierta saña el consumo de las medicinas maravillosas. Los líderes-creadores, antaño inconscientes y disipados, habían acumulado ya mucho dinero, se volvieron perezosos y ya no salían tanto por la noche. Algunos buscaban vías místicas y espirituales (agárrame ese gurú). Muchos de ellos pugnaban por superar la inocencia de esos años, ennobleciéndose culturalmente, trascendentalizando sus productos, haciendo, en definitiva, Arte Adulto. El Viejo Truco de la Coartada Cultural.

Carnaby Street, Hyde Park, los Mini-Cooper, las lambrettas, King's Road, Male West One, las playas/ring de Brighton, las anfetas, las guitarras Rickenbacker... Nombre, objetos, lugares, riffs míticos.


El planeta de los simios (2001)

Colocar a Mark Wahlberg como protagonista de una película es una declaración de intenciones: ni sutilezas, ni matices. Así, Burton nos tortura con una torpe, bobalicona y (lo que es peor) aburrida versión del clásico de 1968. Y se echa de menos a Charlton Heston, lo que no dice demasiado del estado actual de la Factoría Hollywood.
La inevitable maciza esta muy maciza, en efecto. Y Helena Bonham Carter está infinitamente más guapa maquillada como primate que al natural, pero son pocos méritos frente al resto, incluyendo el estúpido final de la Gran Batalla, cuando simios y humanos se hacen amigos-para-siempre. Para vomitar.

Lo peor de todo: que nos amenazan con una secuela...

El señor de los anillos (cualquiera de las tres, son igual de soporíferas)

La Trilogía del Bostezo. Esas varoniles melenas al viento, los interminables planos de helicóptero, esos cursis de las orejas, un malo abstracto y conceptual, un protagonista al que querrías ver muerto a los 10 minutos de metraje, un brujo digno de estar en la ejecutiva del PP, la chica-de-la-película más sosa y virginal que la mejor Doris Day, mucho fuego chorreando por todos lados, mucha computadora suelta. Mucha nada. ¿Pero es que alguien pudo ver los 3 films sin echar unas cuantas (muchas, en realidad) cabezaditas de vez en cuando?

Píldora, La

Píldora, La

El 9 de mayo de 1960, el Gobierno de Washington aprueba, dándole el certificado, un compuesto farmacéutico denominado Enovid, el primer anticonceptivo oral femenino. El 18 de Agosto del mismo año se inicia su comercialización. ¡Fiat Lux!

Pantalla Crece, La

Pantalla Crece, La


O los intentos de Hollywood de derrotar a la pequeña y ratonesca pantalla hogareña. Técnicas de nombres tan espectaculares y grandiosos como el tamaño de lo que denominaban: Cinemascope, Panavisión, 70 mm., 3-D. Los Científicos Ópticos luchando contra los Científicos Electrónicos. Duelo de Titanes. Gigantismo versus Miniaturización. La Batalla estaba perdida de antemano.


Las temáticas de las películas que utilizaban estas técnicas crecieron a escala épica, para ocupar totalmente los elefantiasicos soportes. El Soporte es el Mensaje, un retruécano a la máxima mcluhiana. La Paradoja: estas películas las pasan ahora por la Pantalla/David triunfante y nos hartamos de ver narices que hablan y voces que surgen de la nada. La Venganza: ver estas películas en la tele es como jugar un partido de rugby en el salón de una vivienda de protección oficial.


El Profeta del Gran Soporte: David Lean, sin duda. Con él no importaba el biotopo (el Desierto, la Jungla, la Estepa), siempre era grandioso y épico.


Kennedy, John Fitzgerald

Kennedy, John Fitzgerald

Trigésimoquinto Presidente de los Estados Unidos. La distinción de Nueva Inglaterra. El misticismo pragmático del catolicismo irlandés. La Ilusión de la Nueva Frontera. El flequillo descuidado, alborotado. El político más telegénico de la Historia. Él mostró el camino a seguir: seducir a los media. Desde entonces, ningún líder sin sex-tv-appeal tendrá éxito. El carisma ha de ser mediático.

Tenía a su lado, además, a la Esposa Ideal. Joven, culta, refinada, elegante, una purasangre del Viejo Este. Jacqueline Bouvier atrajo la mitad de los votos. Ella, con su desenvuelto y desenfadado estilo, dictó modos y modas. Los dos, unidos y combinados, representaban el Matrimonio Perfecto de los Nuevos Tiempos, muy alejado del rancio acartonamiento de posguerra de ex-generales calvos y matronas de aspecto bovino.

Kennedy conecta con los tópicos de la Década: el anticomunismo chapucero y de cómic de Bahía de Cochinos (si el Presidente hubiera sido asesorado por un equipo de guionistas de Hollywood, la operación habría sido un éxito); la Guerra Fría (al rojo vivo) de la Crisis de los Missiles Cubanos; la defensa del Integracionismo y los Derechos Civiles de la Población Negra (lo que posibilitaría el posterior estrellato de Sidney Poitier); encender la mecha de la Carrera hacia el Espacio, la presencia americana en el conflicto vietnamita, hito decisivo, puesto que, al fin y al cabo, Vietnam fue un factor crucial para dinamitar el Espíritu de la Década.

En el ámbito familiar, la Pareja también sirvió de espejo para los jóvenes matrimonios norteamericanos. Los Kennedy generaron su correspondiente cuota de babyboomers para alimentar el futuro mercado de consumidores.

Los apetitos priápicos de Kennedy lo asociaron con la Bomba Sexual, el Missil Intercontinental Norma Jean. Todo un presidente de los U.S.A. se relaciona con la frivolidad babilónica hollywoodense. Sodoma y Gomorra, Irlanda y Massachusetts. Un Happy Birthday, Mr. President que trastornaría a un monje trapense.

Y como una estrella del rock, murió joven. Su carrera se truncó violenta, prematura y trágicamente en su cénit. Fue aniquilado en un complot con una trama tan enrevesada como las de Chandler. Y con el hedor brutal y clásico de las conjuras shakesperianas. Una bala mágica acabó con el Sueño de Camelot.

Kennedy, en uno de sus primeros discursos presidenciales, dijo que "nos hallamos en el borde de una nueva frontera, llena de oportunidades y de peligros desconocidos". Perfecta declaración de intenciones, inmejorable eslogan de la Década. Serviría como frase promocional de un serial televisivo sci-fi, o como gancho publicitario de un nuevo electrodoméstico. El Futuro ya está aquí. Puede admirarlo y adquirirlo en los Grandes Almacenes Washington.

Joe Cocker, ese hombre...

El domingo tarde, mientras estaba atrapado en una retención en una de las magníficas autovías que recorren nuestro solar patrio, oí en la radio varios avances del próximo álbum de Joe Cocker, titulado Heart & Soul. Entre ellos, una versión del clásico de Marvin Gaye, What's Going On?. Al finalizar la audición de la recreación del británico surgió en mí una duda, ya que yo creía que ciertas cuestiones ya estaban prohibidas por la Convención de Ginebra.

Heart & Soul es el típico CD que compra alguien a quien no le gusta la música una tarde de sábado en el Hipercó.

El día de mañana

En las películas de catástrofes de los 70's al menos había 2 o 3 señoritas de buen ver, y los protagonistas se echaban un cigarrito de vez en cuando... Ahora las catástrofes en la pantalla son políticamente correctas y a tiempo completo. Y duran mucho (las películas, las catástrofes no, suelen resolverse en torno al minuto 120 de metraje).

El día de mañana es una nadería más de la Fábrica californiana: insípida, inodora. Pescado congelado de piscifactoria. Además, ni una tía buena que llevarse a la boca. Y Dennis Quaid tiene el aspecto del que han sacado antes de tiempo de una clínica de desintoxicación.

El sexto sentido

No sé qué es peor, si el guión, obvio, tramposo y tópico, o la cara de lelo bueno-para-nada de Willis durante todo el metraje... Night Shyamalan, artero él, nos intenta vender su fallido producto con las inquietantes facciones del niño protagonista, que, ciertamente, puede llegar a infundir un sano terror.

La tormenta de hielo

O como la burguesía norteamericana ya estaba aburrida en los 70's hasta de tirarse al/a la vecino/a. Y el espectador también se aburre. Mucho. La vacía existencia de unos seres vacíos no es algo especialmente excitante, la verdad. Ahora bien, tienes la sensación de que en cualquier momento Christina Ricci nos va a enseñar las tetas.

La matanza de Texas (1974)

Una estirpe de matarifes se divierte aterrorizando a turistas jóvenes, un tanto atorrantes y dopados. Ocasionalmente, se alimenta con sus cadáveres. Este título tuvo cierta repercusión en el circuito gore-serie B, pero, lamentablemente, al quedar confinado en él se le ha infravalorado, cuando es la mejor, más refinada y más ácida comedia de los 70's.

Indiana Jones y el Templo Maldito

Lo malo de ambientar una película en la India es que te pones místico y pierdes el Norte. Así le ocurrió a Spielberg, que firma una cinta plúmbea, sin interés y carente de ritmo alguno (a excepción de su magnífico y trepidante comienzo).Además, hasta los elefantes son más sexys que Kate Capshaw.

Waterworld

Una interesante película serie-B gravemente lastrada por el error de cálculo de querer venderla como una espectacular superproducción, la presencia de una niña repelente, y los (fallidos) intentos de Kevin Costner de ocultar una calvicie galopante y sus patas de gallo.