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Las insólitas aventuras del pez

¿Qué es Diccionario Pop?

¿Qué es Diccionario Pop?

El Diccionario de la Cultura Pop es una serie de artículos inconexos sobre diversos aspectos de la cultura popular, desde el She Loves You Yeah Yeah Yeah, hasta nuestros días.

Chicas y Dinosaurios

Chicas y Dinosaurios

Una combinación fascinante y letal. En Hace un millón de años (1966, Michael Carreras) y Cuando los dinosaurios dominaban la Tierra (1969, Val Guest) la productora británica Hammer dio en el clavo rotundamente.

¿Qué es eso del rigor científico-histórico? ¡Al diablo con la Paleontología! Los adolescentes querían diversión, no rollos del Cretácico. Conjugar nuevamente el Mito de la Bella y la Bestia. Las Bellas de estas dos cintas (Raquel Welch y Victoria Vetri, respectivamente) eran dos modelos exuberantes, neumáticas, poderosas y rubias, dos chicas de póster central del Playboy, perfectamente maquilladas, como si fueran a dar una vuelta turística por los alrededores, y con los argumentos casi siempre a punto de desbordarse de la parte superior de sus bikinis de diseño sesentero, pero confeccionados en genuina piel prehistórica. Las Bestias, toda una colección de eficaces monstruos de goma antediluvianos, tan grandes como estúpidos y divertidos (cortesía del gran Ray Harryhausen). Triceratops, pterodáctilos, tiranosaurios, ¡hasta cangrejos!

Si estos dos ingredientes fundamentales los aderezamos con escenas playeras, rituales vesánicos con hipnóticos tambores, unos chicos-de-la-película debiluchos y muy por debajo de sus compañeras femeninas, unas cuantas carreras y sustos, un protolenguaje onomatopéyico tronchante, alguna catástrofe natural de magnitud nueve y una puesta en escena decididamente cutre y astrosa obtenemos un resultado final sabroso y picante. Spielberg con decenas de millones de dólares más, con toda la parafernalia digital, con escrupuloso rigor genético consigue un producto de entretenimiento insípido y muy inferior. Y - signo de los tiempos - sus protagonistas son un anciano venerable y algo atorrante, científicos responsable y circunspectos y la única chica va muy tapada y es algo escuálida (la por otra parte apetecible Laura Dern. No olvidemos Corazón Salvaje (1990, David Lynch).

¡Si hasta hay un obeso informático y dos niños repelentes! Definitivamente, no. Ya no hay sexo para todos los públicos. Créanme. Lo que funciona es sexo + dinosaurios.

Akita, nikro.

Caine, Michael

Caine, Michael

Otra Estrella de la cantera lumpen-proletaria. O como la distancia, la cínica y aristocratizante distancia y el refinado desdén son innatos en algunas personas. Ni su acento cockney, ni sus dificultosos comienzos en compañías teatrales de tercera, ni su background humilde impidieron su irresistible estallido como el Nuevo Galán Sexy en Alfie (1966, Lewis Gilbert). Un trepa ambicioso y seductor, que salta de cama en cama con gélida desgana. Un tipo superfrío. El Dúo Infalible (Bacharach y David) compuso la canción de apertura, loando irónicamente las excelencias de este joven y experto buscavidas, un exitoso merodeador de las permisivas y sin defensas Costas del Swinging London.

En 1965, Caine había protagonizado la primera cinta de la Trilogía Harry Palmer. En The Ipcress File (Sidney J. Furie, con música del bondiano John Barry) encarnaba a una especie de Bond en clave menor, otro agente secreto del Imperio para luchar contra el comunismo en plena Guerra Fría, una alternativa aún más irónica y cool del MI-5.

Harry Palmer no era un atleta sexual. Era un individuo silencioso, cerebral y concienzudo. Y un gourmet y - a diferencia de Jimmy, que jamás se mancharía las manos en una cocina - un avezado cocinero, que compraba sus materias primas en los supermercados con la dedicación y la escrupulosa minuciosidad del entomólogo.

La Serie siguió con Funeral en Berlín (1967, Guy Hamilton), una confusísima trama, en la que le espectador no sabía quién seguía a quién y por qué. La Trilogía terminó con Billion Dollars Brain (1967, Ken Russell), con un enigmático comienzo en los Azules Mares de Hielo de Escandinavia.

En las tres películas, Caine ofreció una acertadísima y sardónica visión del Super Agente Secreto. Siempre superfrío, dando en todo momento la impresión de que la cosa no va con él. Un agente certero y eficaz, alérgico a los alardes. El gesto impasible, inexpresivo tras esas gafas de montura negra rectangular (que puso de moda y patentó, con el permiso de Peter Sellers). Y esos jerseys de cuello vuelto perfectos. La Trilogía de Harry Palmer fue una opción sólida, austera y descreída, casi intelectual y calvinista (sin héroes, todos son algo villanos y algo tramposos) al Mito Hedonista Bond. Y Caine, con esa mirada lúcida, sabia, atenta, y analítica, fue determinante. Él demostró, con otros modales y tácticas, que en la Década había sitio para otro Superagente Británico.

Cuando el Decenio llegaba a su fin, Caine tuvo que hacer Un trabajo en Italia (1969, Peter Collinson), junto al veterano Noel Coward y el debutante Benny Hill. Caine comanda a un grupo de ladrones de alto nivel que realizan el Audaz y Espectacular Robo Perfecto (otro de los tópicos de la Década). La persecución automovilística final, protagonizada por minis, por todos los rincones imaginables (y algunos inimaginables) de Turín sentó cátedra. Italia e Inglaterra unidas de nuevo. La acción al borde del abismo. No quiero hacer sangre y mencionar el infumable bodrio que supuso su remake (The Italian Job, 2003, F. Gary Gray) y el cebollino (Mark Wahlberg) que encabeza el reparto.

Michael Caine nos ofreció muestras de su gran talento en la Década. Posteriormente, ha probado una y otra vez su versatilidad y amplísima panoplia de registros y matices en la Alta Comedia, la Aventura Arrebatada y Viril, el slapstick, el vodevil de puertas, tetas y camas, el thriller psicológico, la comedia dramática adulta, el duelo de ingenios sádicos y vengativos, la guerra de supervivientes... Controlando la situación, siempre por encima de los acontecimientos. El Gentleman Miope y Cool. El Rubio Caballero del Imperio del Azul Autocontrol.

Marc Moulin - Entertainment

Marc Moulin - Entertainment

El músico belga ha cocinado un extremadamente elegante viaje al principio del placer, creando sonidos que suponen un aggiornamento de las fórmulas clásicas del acid-jazz, mezclando sonoridades de trompeta deudoras del último Miles Davis, fondos de Hammond, saxos húmedos, e incluso los balanceos rítmicos de guitarra a la usanza de Wes Montgomery, con bases rítmicas sabiamente electrónicas o modernos detalles digitales hábilmente engarzados.

Moulin teje temas que podríamos denominar como groove atmosférico. Tempos medios, junto a otros más bailables, en busca de un electro-jazz moderno para pistas de baile o espacios muy exigentes. Música que requiere electricidad y calma, en el crepúsculo suave tras un día caluroso y fatigador. Relajación con un combinado en la mano.Voces femeninas que ronronean sus tibias estrofas. La cabeza que se mece rítmicamente siguiendo las pautas de lo que ha de definirse como el jazz del futuro presente.

Relato A

5 de la mañana.
Un grupo de amig@s separad@s y/o divorciad@s te ha arrastrado a un tugurio suburbial infecto, lleno de adolescentes, reponedores/as, y amantes del tunning.
Demasiadas tetas apretadas, demasiados músculos de gimmasio, demasiados paquetes abultando en tejidos ultramodernos adquiridos en cualquier franquicia.
Demasiado sudor.
Suena Chayanne a un volumen prohibido por la O.M.S. .
La vida inteligente más próxima está a más de 2.000 kilómetros.
Estás aburrido en la barra terminándote tu cuarto Havanna 7 con limón. Tus amig@s están retorciéndose en la pista de baile, con la vana intención de depredar presas más jóvenes.
No hay esperanza. Tan sólo queda aguardar a que el alcohol que corre por tu fujo sanguíneo empiece a amortiguar y desdibujar el entorno.
Repentinamente, se acerca una morena, de edad indefinida e irrelevante, de algo más de 1,80, mejor rematada que el Guggenheim. El fino vestido apenas contiene los poderosos argumentos de la susodicha vivípara.
Y tú adoras las vivíparas caras y bien rematadas.
Ella no vacila una fracción de segundo. Se pega a ti a tiro de lengua, te quita la copa, y se la bebe de un trago intenso, ansioso y rápido.
Sin solución de continuidad, se aferra fuerte a tu órgano favorito, y ronronea: "el frotar se va a acabar".
Y tú te preguntas, "¿hay algo más perturbador que todo esto?".

La Mer

Parto de la premisa de que aún no he visto "Mar Adentro". Pero, me pregunto, si a alguien le parece mala, floja, etc ¿va a tener el valor de reconocerlo y dar su sincera opinión a sus allegados? O si es un personaje más o menos popular, ¿hara público su juicio negativo sobre el citado film?

El ADN volante

El ADN volante

Paraguay no tiene capacidad técnica para realizar pruebas de ADN a los cadáveres y familiares tras la reciente tragedia del incendio de los grandes almacenes. Y confían en España para verificar esos necesarios tests. La situación de Paraguay es realmente desesperada... Espero que en esta ocasión no hagamos otro trabajo a la turca.

No más mobiliario urbano, joder

Lo Políticamente Correcto. Otro intento de transformación social de la realidad, con la especificidad, en el caso que nos ocupa, de intentar limar las aristas que la vida necesariamente (nos) ofrece o presenta. Naturalmente, este nuevo paradigma está generando un nuevo lenguaje, y unos términos que, ocasionalmente, son asombrosamente ridículos y divertidos.

Así pues, ciudadanos, ciudadanas, compañeros, compañeras, si son tan amables, vayan añadiendo en los comentarios sus términos preferidos de esta neo-lingua.

Misterios del Universo (I)

Expertos informáticos de la Guardia Civil -----> ¿Existen realmente, o son seres mitológicos?
Las (genuinas) patatas bravas -----> ¿Han desaparecido definitivamente como concepto?
Los ministros sin cartera -----> ¿Qué hacen?
Los gatos de los automóviles -----> ¿Los diseña un psicópata despiadado?
La derecha española civilizada -----> ¿Otra abstracción teorica de laboratorio no verificada empíricamente aún?
La izquierda española -----> ¿Sabe andar solita sin sus muletas de lo políticamente correcto?
El idioma español -----> ¿Sobrevivirá a la siguiente generación de telefonía móvil?
Las radiofórmulas -----> ¿Cuándo serán prohibidas por la Convención de Ginebra?
La Iglesia Católica -----> ¿Premio a la Mejor Imagen Corporativa?
El fumbol o furgol -----> ¿Hay vida inteligente?
Los seguidores de OT -----> ¿Una nueva secta satánica?
Los weblogs -----> ¿Masturbarse en público ahora tiene premio?
Los neutrinos -----> ¿Más persistentes que las películas de Almodóvar?

Robert Evans

Robert Evans

Recientemente he visto la película El chico que conquistó Hollywood (The Kid Stays In the Picture, 2002), una sorprendente cinta basada en las memorias de Robert Evans, un productor que lleva más de 30 años en el negocio. Él está detrás de films como La semilla del diablo, Love Story, El Padrino, Chinatown, o Cotton Club, entre otras. El chico... es una interesante película documental, con la omnipresente voz en off del propio Evans, narrando (con sinceridad y no sin cierto distante cinismo) sus múltiples peripecias profesionales y personales, las de un tipo afortunado y un superviviente, como él mismo se califica.

Un título para los degustadores de-lo-que-se-esconde-tras-las-cortinas de los grandes estudios cinematográficos estadounidenses, desde finales de los 50's del pasado siglo hasta nuestros días.

Más información sobre Evans aquí

Oigo lounge y saco mi revólver

La proliferación de discos editados por cafeterías, bares, restaurantes, hoteles ( ¿para cuándo un camping? ) y demás espacios públicos empieza a ser una maniobra comercial repetitiva, obvia y manoseada.

Al princio de todo, estos discos eran simpáticos y pizpiretos. Podrías descubrir placeres ocultos, o un grupo del que perseguir su pista con mayor profundidad. Pero ya no tiene gracia. Los temas se repiten de una a otra compilación, y los programadores de dichos productos ya no saben qué seleccionar para epatar a la (ya encallecida) audiencia. No tardaremos en ver una remezcla soulful house del Torito del sin par Fary...

Si uno de estos días,dando una vuelta por la sección de discos de un establecimiento, me encuentro con el Cafetería del Hospital de la Paz Ambient Lounge Vol. 1 ya no me sorprenderé...

Yost

Yost

En esta temporada estival, cuando la ramplonería musical campa a sus anchas, es cuando hay que mantenerse más alerta, no bajar la guardia y seguir buscando esas gemas ocultas en el barrizal de los gustos burgueses medios.

Y en esta labor tropecé recientemente con uno de los últimos trabajos del norteamericano Kevin Yost, Bongo Madness, un sólido viaje por las sonoridades más calientes del house actual. No es su mejor trabajo, desde luego, pero mantiene un nivel medio bastante aceptable.

Para los que no conozcan todavía a Yost, señalar que es un músico y DJ que mezcla muy sabiamente condimentos jazz, latin & soul con un house ligero, obteniendo resultados bailables, elegantes y refinados. Se pueden escuchar algunos de los temas más conocidos en su web.

Un creador a tener en cuenta

No me llames dolores, llámame lola

Creo firmemente que la civilización occidental está al borde del colapso total si la repetición ad nauseam de este estribillo, como un mantra chabacano y freak, convierte semejante tonadilla en el himno del verano 2004.

Quedan advertidos.

Snobismo operativo

Snobismo operativo

Llevo unas semanas utilizando linux full time como sistema operativo de mi ordenador. Lo elegí porque considero que es mejor que Windows XP, simplemente por ello.

Espero no sufrir un ataque de snobismo y empezar a considerarme un ser superior porque utilizo esta herramienta y no la del tío Gates, como he observado en bastantes usuarios de linux (y en todos los de Mac).

Señoras y señores, hablamos de los sistemas operativos de unos electrodomésticos que valen algo más de 600 euros, no de religiones, sistemas políticos, o física cuántica. No trascendentalicemos de nuevo lo trivial.

La ergonomía al alcance de todos

Siempre me ha intrigado el hecho de que los primates occidentales, más o menos sapiens, dedican a la compra de un nuevo televisor incontables horas. Visitan diversos comercios, consultan precios y especificaciones técnicas con la preción y el interés del entomólogo. Hacen innumerables preguntas a los intrépidos vendedores. Yo me pregunto, si se quedan dormidos frente a tan vital electrodoméstico a los 5 minutos de empezar su contemplación, ¿a santo de qué tanto interés por él?

A mi juicio, mis congéneres degustadores de tamaño invento deberían dedicar única y exclusivamente unos pocos minutos a las características físicas del mando a distancia del susodicho, puesto que es un objeto potencialmente peligroso, que se puede clavar en cualquier parte, más o menos blanda y sensible, cuando el confiado usuario comienza su feliz sueño ante la (ya no tan) pequeña pantalla.