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Las insólitas aventuras del pez

Onomatopeyas Cantables

Onomatopeyas Cantables
Lo que en la Década de los 60 se denominaba música ligera rebosaba de monosílabos absurdos repetidos cadenciosamente. Prolongaban, de alguna manera, la tradición del duduá cincuentero.

La Era Pop comenzó con el yeah yeah yeah liverpooliano. Y por el camino, el sabadabadá sabadabadá de Un hombre y una mujer (1966, Claude Lelouch); los uúses femeninos o mixtos de Mancini; los espasmos tex-mex de Domingo Samudio y sus Pharaohs, los zu-zu-zu, pow!, boing y ra-ra-ra de Esquivel, el knock knock knockin' dylaniano, alguna aportación spectoriana, etc. Hasta la racial y diferente España puso su pica en Flandes/Pérfida Albión con el lalalá algueroniano.

La Década fue prolija en la manufactura de mensajes, eslóganes y utopías, pero, quién sabe, quizás toda la Filosofía se pueda condensar en esas crípticas e inquietantes onomatopeyas.

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